Jueves Santo

Que lleguen gastadas las manos al fin de la vida por haber acariciado el mundo,
por haber tocado a los impuros, por haber curado llagas y lavado los pies embarrados de amigos y enemigos.
Manos fuertes por haberse interpuesto en el camino de las armas, por haber golpeado los muros, por haber forjado puentes, por haber partido el pan que ha de saciar a tantos.
Manos curtidas en la brega, en la siembra, en el remar cotidiano.
Manos abiertas para acoger la congoja del que llora, del que espera, del que solo pide un amor posible.
Que sean las manos hogar, refugio y hoguera.
Y que cuenten, en su idioma silencioso, que no estamos solos.
(José María R. Olaizola, SJ)

 

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«Hosanna el que viene en nombre del Señor»

Lo que nos hace cristianos es seguir a Jesús. Nada más. Este seguimiento a Jesús no es algo teórico o abstracto. Significa seguir sus pasos, comprometernos como él a «humanizar la vida», y vivir así contribuyendo a que, poco a poco, se vaya haciendo realidad su proyecto de un mundo donde reine Dios y su justicia.

Esto quiere decir que los seguidores de Jesús estamos llamados a poner verdad donde hay mentira, a introducir justicia donde hay abusos y crueldad con los más débiles, a reclamar compasión donde hay indiferencia y pasividad ante los que sufren. Y esto exige construir comunidades donde se viva con el proyecto de Jesús, con su espíritu y sus actitudes.


Liturgia del domingo

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En el nombre del Padre

Porque Tú lo has querido estoy aquí, Señor. En Tu nombre.
No he venido yo; me has absorbido en la espiral de amor, que eres con todos.
Nadie puede arrimarse a Ti sin que entero lo abraces, lo hagas Tuyo.
Sin robarle nada, dándole todo.
Del suelo a la cabeza soy regalo tuyo, espíritu que vuela y cuerpo que lo apresa.
No puedes ya salirte de este mundo.
Me inundaste y, empapado de Ti, te voy sembrando, y al tiempo, me siembro, como grano de trigo, en mis hermanos.
No quiero quedar solo. Tu rostro buscaré, Señor. Hasta decirte ¡Padre!
Pero sólo te encuentro, cuando, a todo lo que mana de Ti le digo: ¡hermano!
(Ignacio Iglesias, sj)

Liturgia del domingo

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