Mis manos, esas manos y Tus manos hacemos este Gesto, compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu muerte y en Tu vida. Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos. Comiéndote sabremos ser comida, el vino de sus venas nos provoca. El pan que ellos no tienen nos convoca a ser Contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino haciendo historia, fraterna y subversiva Eucaristía. (Pedro Casaldáliga)
Ser uno mismo y estar en los otros. Vivir en una soledad poblada. Forjar vínculos indestructibles. Abrazar sin invadir. Amar sin anular. Comunicar sin agotar. Ser uno mismo. Ser nosotros. Crear mundos, inspirar sueños, restañar heridas. Desplegar la vida en el tiempo. Hablar en el trueno y el susurro, ser batalla sin muertos. Somos imagen del Dios de los encuentros. (José María R. Olaizola SJ)
Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre, don en tus dones espléndido. Luz que penetras las almas, fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo. Tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego. Gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del alma si tú le faltas por dentro. Mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo. Lava las manchas. Infunde calor de vida en el hielo. Doma el espíritu indómito. Guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito. Salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
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