Atravesar las apariencias
Podemos estrechar miles de manos, y quedar solos, llenos de sensaciones en el borde de la piel.
Una sola mano, y sentir en ella el calor del absoluto.
Podemos recorrer muchos caminos, y quedar sin futuro llenos de metros
en la planta de los pies.
Podemos dar un solo paso, y anticipar en él el gozo de la meta.
Podemos mirar muchos paisajes, y quedar vacíos llenos de imágenes en la superficie del color.
Podemos contemplar un solo horizonte, y ver asomarse en él la plenitud del infinito.
(Benjamín G. Buelta, SJ)
Liturgia del domingo