¿No sentimos discípulos y discípulas de Jesús?

Tus manos

Pronuncias mi nombre y cuando lo oigo en tu voz se caen los miedos, las expectativas las frustraciones.
Porque siento que no tengo que demostrar nada me sostienes con las mismas manos que me dieron la vida.
Manos que son cuna, hogar, taller y refugio.
Manos que dan, cuidan la vida y la hacen eterna. (Javi Montes, sj)

 

 

Liturgia del domingo

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