En mi debilidad
mi miedo, tu seguridad. En mi duda, tu aliento.
En mi egoísmo, tu amor. En mi rencor tu misericordia.
En mi yo, tu nosotros. En mi rendición tu perseverancia.
En mi silencio, tu voz. En mi ansiedad, tu pobreza.
En mi tempestad tu calma. En mi abandono tu insistencia.
En mi dolor, tu alivio. En mi debilidad, tu fuerza.
(José María R. Olaizola, sj)
Liturgia del domingo